Destino o libre albedrío
A lo largo de la historia, la Filosofía se ha ocupado del profundo tema del destino del hombre y de su libertad. Según Eurípides (poeta griego): “El destino domina sobre los dioses y sobre nosotros también”.
Sin embargo en nuestra época actual, especialmente desde hace dos siglos atrás, cuando irrumpe el auge del materialismo, la palabra Destino resulta controvertida y hasta ofensiva para muchas personas. Hoy en día mencionar Destino parece implicar una pérdida de control, una sensación de desamparo o impotencia. De hecho, se hace demasiado énfasis en la idea de que somos libres de elección hasta el extremismo. Pero… por otro lado, cuando uno busca que le ¨lean el futuro¨, ¿acaso no está dando por hecho que está todo escrito y previamente determinado?
Sin embargo, ¿Por qué tendemos tan fácilmente a los extremos? Nos perdemos de ver los matices de la Relación Destino - Libre albedrío. Jeff Mayo, astrólogo inglés, afirma:
¨Usted puede pensar que si el futuro puede ser predicho no existe el libre albedrío y estamos inmersos en un destino irrevocable del que no podemos escapar. El astrólogo no puede predecir todo acontecimiento…Un aspecto astrológico del futuro puede tener que ver con una variedad de posibilidades, la mayor parte de las cuales dependen de la ¨libertad de elección¨ del individuo en concreto. Aunque el aspecto sí predice la tendencia actual de las circunstancias, o la naturaleza de la reacción individual a la situación.¨
Osea que desde el punto de vista Astrológico hablamos de una relación de interacción e interpenetración entre Destino y libre albedrío. Analicemos más en profundidad la idea del libre albedrío, esta no es tan absoluta como afirma el materialismo, de hecho hay concretas circunstancias de la vida que me determinan y no elijo, como por ejemplo el lugar y momento de mi nacimiento entre otras tantas cosas. Es decir que hay algo que viene dado y que me determina. Pero, si todo está destinado, ¿qué valor tiene lo que yo haga o pudiera hacer? La Astrología Psicológica o Humanista considera que el destino de los individuos no es irrevocable. De hecho la Astrología puede servir para advertir situaciones antes de que estas se manifiesten. Es decir que con Consciencia y Conocimiento puedo intervenir en mi Destino. Einstein a este respecto dijo:
¨Todo está determinado, tanto el principio como el fin, por fuerzas sobre las cuales no tenemos ningún control. Está determinado para los insectos así como para las estrellas. Seres humanos, vegetales, o polvo cósmico, todos bailamos al son de una tonada misteriosa entonada en la distancia por un intérprete invisible¨.
Por otro lado, la Física Cuántica, sostiene que no hay tantas certezas como probabilidades. Bajo este esquema el hombre tiene el potencial en latencia de escoger, porque la realidad se está creando constantemente. Tenemos la posibilidad de hacer uso de nuestra capacidad de ser Co-Creadores de nuestra realidad. Para lograr esa libertad es necesario ampliar los conocimientos y la consciencia para usar nuestro Potencial Creativo, de lo contrario estaremos determinados por prejuicios; por el condicionamiento social o familiar recibido; y por nuestros hábitos.
En las tradiciones orientales, por ejemplo, no se habla de destino sino de Karma. Karma es una palabra sánscrita que significa acción. Originalmente se empleó en el contexto de la filosofía Vedanta de la India. La idea es muy sencilla: cosecharás lo que tú siembres. La Ley de Karma, es la ley de retribución que dice que por cada acto habrá una reacción o efecto correspondiente. Cada individuo posee un determinado Karma, un destino personal, que no es arbitrario. Cada uno trae consigo un aprendizaje,un bagaje personal… pero éste a la vez puede ser modificado, perfeccionado a través de la experiencia y del Conocimiento de sí mismo.
En definitiva, tanto la Física Cuántica como el Budismo consideran que: quien tiene más conocimiento, tiene más libertad de acción que quien no lo tiene. Pongamos un simple ejemplo: Un guía de montaña es más libre al estar allí que un turista desorientado. El primero sabrá por qué lugares moverse y cuáles serán peligrosos, conocerá dónde conseguir refugio y alimento, cómo llegar y salir del lugar, etc. El Guía es evidentemente mucho más libre que el turista que desconoce todo eso. Análogamente sucede lo mismo en todos los campos de la vida.
La carta natal es un mapa del Karma o Destino personal. A través del estudio astrológico conoceré mis aptitudes y los principales escollos a sortear en mi vida. Al ponerme en mayor conocimiento acerca de mi mismo y de las energías que me afectarán en el transcurso de mi vida tendré la posibilidad de ser más libre, al aprovechar las posibilidades latentes. Al conocer por ejemplo la posición de mi luna natal, veré bajo qué predisposiciones subconscientes tiendo a reaccionar, cuáles son mis hábitos emocionales, o mecanismos regresivos… y luego, lo más importante, tendré la posibilidad de modificarlos a través del trabajo personal.